Por qué Fisioterapia Israel rechaza trabajar con aseguradoras: una mirada crítica.
“Hola, quería saber si trabajas con Sanitas”.
“Hola, quería saber si trabajas con Adeslas”
“Hola, quería saber si trabajas con Mapfre”.
Estas son muchas de las llamadas que recibo por parte de personas que quieren recibir tratamiento de Fisioterapia y tienen contratado una póliza con algunas de estas compañías o con otras.
Y desde aquí, quiero explicar el motivo por qué les digo que sólo trabajo a nivel privado.
Razones para no trabajar con compañías aseguradoras
No es la primera vez que muchos pacientes acuden a mí “rebotados” del tratamiento y resultado que reciben cuando han sido tratados en una mutua o a través de su compañía de seguros.
Vaya por delante mis respetos a todos los Fisioterapeutas que trabajan en estos centros, pero el resultado del tratamiento que allí se proporciona, en la mayoría de los casos, no funciona. Y vuelvo a recalcar que no es por culpa de los Fisioterapeutas, sino del protocolo de trabajo que recetan otros profesionales y al cual los fisios deben obedecer a pies juntillas.
Lo primero que me dijeron en la carrera de Fisioterapia es que el ser humano es un ser Holístico. Esto llevado al campo de la Fisioterapia, y de forma resumida, significa que, por ejemplo, tu dolor de hombro puede deberse a múltiples factores y que la causa de tu dolor puede estar en otro sitio que no es el hombro, sino en otra articulación.
Si tú, como paciente de un seguro, te duele las lumbares, no pienses ni por asomo que te van a valorar o tratar otra zona que no sean las lumbares, aunque la causa de tu dolor lumbar esté en un problema de tobillo que te hace andar mal. El tratamiento propuesto será calor, electroterapia, ejercicios, y si tienes suerte, algo de terapia manual por parte del Fisioterapeuta.
¿No es lógico pensar que si no tratas la causa del problema, difícilmente solucionarás ese problema? Ahí dejo esa reflexión.
Aunque a primera vista puede parecer contradictorio, dado el volumen de pacientes que estas aseguradoras pueden proporcionar, hay razones profundas y fundamentadas detrás de esta decisión.
Nunca he trabajado en una mutua pero sí en algo parecido por el protocolo de trabajo que nos hacían cumplir. Estuve trabajando dos años en un Polideportivo Municipal donde las sesiones eran de 40 minutos de duración por paciente. Este tiempo se repartía en mitad terapia manual y mitad aparatología (calor, ultrasonidos, magnetoterapia…). De la parte que correspondía a terapia manual, debíamos descontar el tiempo en el que el paciente te contaba su problema, la exploración física, el que se preparara en la camilla…es decir, que al final, casi todo el tratamiento se lo llevaba “las máquinas”. Por eso yo siempre decía que eso era “bricoterapia” y no Fisioterapia.
Mientras que el paciente estaba enchufado a las máquinas, teníamos que atender al siguiente paciente. Esto significa que en 40 minutos atendíamos a dos pacientes.
Muchos colegas fisios dirán que no me queje ya que ellos, en estas mutuas, tienen que atender a 5-6 pacientes en ese tiempo.
Mis sesiones tienen una duración de 50 minutos y doy toda mi atención a una única persona en ese momento. Esto garantiza que sea un tratamiento totalmente personalizado y de calidad. Y por ello, las sesiones tienen un coste que no se parece a lo que abonan las compañías aseguradoras.
Lo que acabo de comentar, la estructura de tarifas que imponen estas compañías, es otro de los principales motivos por los que rechazo trabajar con aseguradoras.
La mayoría de aseguradoras pagan entre 3 y 6 euros por sesión de fisioterapia, independientemente de la duración o la complejidad del tratamiento. Esto se traduce en que debería atender a un gran número de pacientes por hora para poder cubrir gastos operativos básicos y además, poder obtener un salario para vivir.
Si trabajara como imponen estas compañías, tendría que sacrificar la calidad del tratamiento en favor de la cantidad, atendiendo a cada paciente en sesiones breves y estandarizadas y perder lo que comentaba anteriormente: tratamiento de calidad e individualizado.
Además, los tratamientos suelen estar pautados por un médico rehabilitador de la aseguradora. Esto limita la capacidad del fisioterapeuta de adaptar el tratamiento a las necesidades reales del paciente, lo que puede llevar a resultados pobres.
Al no recibir un tratamiento personalizado y de calidad, muchos pacientes concluyen que la fisioterapia no es efectiva para tratar sus problemas, cuando en realidad, lo que ocurre, es que el modelo de atención impuesto por las aseguradoras no les permite experimentar los beneficios completos de esta disciplina.
La Fisioterapia no consiste en tratar a pacientes como churros.
Espero que con esta reflexión, los pacientes valoren el trabajo que muchos Fisioterapeutas desarrollamos cada día en el ámbito privado